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domingo, 12 de febrero de 2017

Vida, pasión y muerte (política) de un error estadístico [Análisis]

Vida, pasión y muerte (política) de un error estadístico [Análisis]


En 1995 fue una sorpresa esperanzadora; en 2016, un penoso anuncio de su actual presente.


Hoy caído en desgracia por serias acusaciones que lo relacionan con el caso Lava Jato, Alejandro Toledo ha sido un activo animador de las elecciones presidenciales peruanas desde 1995.

Elecciones presidenciales

Ese año, Toledo fue aliado de la Coordinadora Democrática (CODE), liderada por José Barba Caballero. Su etiqueta electoral fue CODE-País Posible y logró el 3.2% de la votación. La segunda parte del nombre es la prehistoria, sin registro electoral, de Perú Posible (PP), la denominación con que Toledo pasó las jornadas de 2000 y 2001.
En 2000, cuando el gobierno de Alberto Fujimori forzó una ilegal candidatura presidencial, Toledo se erigió como el líder de la variopinta oposición.
Toledo logró el 40.2%, frente al 49.9% de Fujimori, e hizo necesaria una segunda vuelta de la que se retiró alegando irregularidades.
En 2001, en elecciones competitivas y democráticas, Toledo redujo su caudal en primera vuelta respecto al año previo (36.5%), aunque logró pasar a la segunda vuelta con Alan García (25.8%), al que derrotó dos meses después.
Como presidente, Toledo acuñó una de sus numerosas frases, en que buscaba sacar lustre a sus orígenes y el sitial político alcanzado: “Soy un error estadístico”.
En 2011, Toledo terminó cuarto con 15.6%, detrás de Ollanta Humala (31.7%), Keiko Fujimori (23.6%) y Pedro Pablo Kuczynski (18.5%).
Cinco años después, con la figura muy deteriorada y alejado de sus principales colaboradores, Toledo logró un exiguo 1.3%, una cifra mucho menor que la que marcó su incursión electoral, hace más de 20 años.

Representación parlamentaria

La representación parlamentaria para la que Toledo fue la principal locomotora también sufrió una merma importante. En 1995, la alianza CODE-País Posible que Toledo lideró logró cinco curules de 120 en disputa.
En las cruciales elecciones de 2000, PP alcanzó 29 curules. De ellos, varios (incluyendo a Alberto Kouri, personaje del primer vladivideo) terminaron en las filas oficialistas.
En 2001, la representación de PP llegó a ser la mayor que alcanzó el partido en su corta existencia: 45 curules. Por ello, y a pesar de su constante deterioro, sorprendió la exigua representación lograda en 2006: dos curules, atribuibles en parte a la incapacidad para presentar candidato presidencial.
En 2011, PP alcanzó una importante bancada (21), en alianza con varios sectores (Acción Popular y Somos Perú, y algunos líderes regionales) aunque al final del periodo esta se había reducido considerablemente (11).
En 2016, coherente con su pobre desempeño presidencial, el partido de Toledo no alcanzó ninguna curul.

Arraigo territorial

A pesar del creciente descrédito de Toledo (fehacientemente plasmado en una confusa presentación radial durante la campaña presidencial), hubo miles de ciudadanos que optaron por él en las urnas: 220,012 electores, para ser precisos.
Incluso hubo dos provincias en que Toledo fue el claro ganador, ambas ubicadas en Áncash. En Mariscal Luzuriaga, logró 3,164 votos (44.4 ) y en Pallasca 2,939 (33.8).
En abril de 2016, las urnas definieron la muerte electoral de Perú Posible. El verano de 2017 está confirmando la defunción política de Toledo.

Cifras

  • 45 curules alcanzó Perú Posible, el partido de Toledo, el año 2001. Es la bancada más grande que tuvo.
  • 44.4% Con dicho porcentaje, Toledo logró una de sus dos victorias provinciales en abril de 2016: Mariscal Luzuriaga (Áncash).
Fuente: Perú 21

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