Economía emergente y ejemplar
La expansión de 80 meses consecutivos nos convierte en una economía emergente y un ejemplo para los países de la región, gracias a las reformas estructurales llevadas a cabo y a las políticas públicas adoptadas en años recientes. Todas estas acciones han permitido que el Perú haya registrado un crecimiento de 4.42% en el primer trimestre del año y alcanzado solo en marzo un aumento del 3.42% del producto bruto interno (PBI).
18/5/2016
El óptimo desempeño de los indicadores no es producto del azar ni de factores coyunturales, sino de una disciplinada política económica que se ha venido fortaleciendo en el último quinquenio, y cuyos resultados son reconocidos públicamente por numerosos organismos internacionales, calificadoras de riesgo crediticio y gobiernos de diversas naciones. Esa valoración externa y los resultados en la lucha contra la pobreza son la mejor muestra del éxito alcanzado en la conducción de la economía nacional.
El mérito es mayor cuando el mundo enfrenta dificultades en la recuperación de su economía. Si bien la globalización ha generado beneficios para los países que asumieron el reto de interconectarse cada vez más, también es cierto que esa condición ha propiciado impactos negativos con la desaceleración de potencias como Estados Unidos y China, lo cual no ha sido óbice para que el Perú mantenga sus niveles de crecimiento.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) ha confirmado que las recientes cifras de la expansión son fruto de la demanda externa, reflejada en el crecimiento de las exportaciones (8.8%), principalmente las tradicionales (15.7%), como es el caso de los productos agrícolas y mineros. A ello se suma el incremento del consumo de los hogares, evidenciado en las mayores ventas al por menor (2.44%), el uso de tarjeta de crédito (20.59%) y la importación de bienes de consumo no duradero (1.42%).
Basada en estos indicadores, la proyección de la economía nacional es al alza. Incluso analistas y diversas entidades han revisado sus pronósticos y, por lo general, siempre han ubicado al Perú como una de las pocas naciones que tienen perspectiva positiva, no solo en la región latinoamericana, sino también a escala mundial. Lo destacable, en todo caso, es que el crecimiento económico continuo tiene otros efectos favorables para la población, como el aumento del ingreso promedio mensual en 5.2% en Lima Metropolitana y el incremento en 3.2% de la población ocupada.
Y aunque el riesgo de un estancamiento económico en otras latitudes no ha desaparecido, el Perú es lo suficientemente responsable para llevar adelante medidas estructurales que refuercen su potencial. Ello incluye consolidar el capital humano mediante la instrucción técnica y universitaria para que la dinamización económica cuente con mano de obra especializada. De hecho, el Gobierno también ha tomado previsiones con la adopción de medidas contracíclicas con el propósito de continuar con su buen desempeño, optimizar el aparato productivo, reforzar la actividad exportadora, y así generar condiciones que eviten un desplome.
El mérito es mayor cuando el mundo enfrenta dificultades en la recuperación de su economía. Si bien la globalización ha generado beneficios para los países que asumieron el reto de interconectarse cada vez más, también es cierto que esa condición ha propiciado impactos negativos con la desaceleración de potencias como Estados Unidos y China, lo cual no ha sido óbice para que el Perú mantenga sus niveles de crecimiento.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) ha confirmado que las recientes cifras de la expansión son fruto de la demanda externa, reflejada en el crecimiento de las exportaciones (8.8%), principalmente las tradicionales (15.7%), como es el caso de los productos agrícolas y mineros. A ello se suma el incremento del consumo de los hogares, evidenciado en las mayores ventas al por menor (2.44%), el uso de tarjeta de crédito (20.59%) y la importación de bienes de consumo no duradero (1.42%).
Basada en estos indicadores, la proyección de la economía nacional es al alza. Incluso analistas y diversas entidades han revisado sus pronósticos y, por lo general, siempre han ubicado al Perú como una de las pocas naciones que tienen perspectiva positiva, no solo en la región latinoamericana, sino también a escala mundial. Lo destacable, en todo caso, es que el crecimiento económico continuo tiene otros efectos favorables para la población, como el aumento del ingreso promedio mensual en 5.2% en Lima Metropolitana y el incremento en 3.2% de la población ocupada.
Y aunque el riesgo de un estancamiento económico en otras latitudes no ha desaparecido, el Perú es lo suficientemente responsable para llevar adelante medidas estructurales que refuercen su potencial. Ello incluye consolidar el capital humano mediante la instrucción técnica y universitaria para que la dinamización económica cuente con mano de obra especializada. De hecho, el Gobierno también ha tomado previsiones con la adopción de medidas contracíclicas con el propósito de continuar con su buen desempeño, optimizar el aparato productivo, reforzar la actividad exportadora, y así generar condiciones que eviten un desplome.
Y aunque el riesgo de un estancamiento económico en otras latitudes no ha desaparecido, el Perú es lo suficientemente responsable para llevar adelante medidas estructurales.
Fuente: El Peruano
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