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lunes, 2 de mayo de 2016

Reforma integral del transporte

APROXIMACIONES

Reforma integral del transporte


Hace un año aproximadamente se anunció con bombos y platillos el inicio de la construcción de un baipás en la congestionada intersección de las avenidas 28 de Julio y Arequipa. La Municipalidad de Lima explicó que esta obra iba a resolver los embotellamientos que se generaban durante todo el día en esta zona.

2/5/2016

Richar Centeno Torres Periodista
Sin embargo, tras su inauguración hace unos días la obra no parece cumplir con los objetivos que la sustentaron: el congestionamiento vehicular sigue presente en la zona con el consiguiente malestar de los miles de conductores y pasajeros que transitan diariamente por dicha intersección.

Si bien la obra cumple en parte su cometido de aliviar el tráfico en ese sector, unas cuadras más adelante, en la intersección de Garcilaso de la Vega con Paseo Colón las cosas están igual o peor que hace un año.

Esta es quizás una muestra de lo que ocurre cuando se realizan obras dispersas sin un planeamiento integral para solucionar un problema tan complejo como el tránsito vehicular en Lima. Sirve de muy poco una obra de varios millones de soles cuando no forma parte de una propuesta macro que incluya no solo otras obras, sino también una reingeniería del sistema de transporte público, la sincronización de los semáforos, el reemplazo de micros y combis por buses más grandes, la implementación de corredores viales y la reducción de taxis.

Precisamente, este último es uno de los problemas menos encarados por las sucesivas gestiones municipales, pese a que –según todos los especialistas– es una de las mayores causas del terrible congestionamiento vehicular en las calles limeñas.

Nuestra ciudad capital tiene más de 200,000 taxis, la mayoría de ellos informales, número por demás excesivo para los 9 millones 752,000 habitantes que tiene Lima.

Haciendo una comparación con otras metrópolis de la región, la ciudad brasileña de Sao Paulo, pese a su densa población (20 millones), solo tiene 32,000 taxis registrados; Santiago de Chile, con poco más de 6 millones, cuenta con 25,000 taxis. Buenos Aires, con 15 millones de habitantes, tiene 38,000 taxis y los argentinos creen que es excesivo.

Aunque no lo parezca, la invasión de taxis en nuestra ciudad genera más problemas que el congestionamiento vehicular. Además de los accidentes de tránsito y la contaminación ambiental, el exceso de taxis en las calles provoca pérdidas de horas/hombre que se ve reflejada en la economía de los limeños. Entonces, no se trata solo de un baipás, sino también de llevar adelante un plan integral para ordenar el caótico tránsito en nuestra ciudad.
Fuente: El Peruano

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