Tirando por la borda el sistema previsional
¿Qué significa que el Parlamento Nacional haya aprobado por insistencia la ley que aprueba la devolución de los fondos de capitalización individual a las personas mayores de 65 años afiliadas a las AFP? Significa que a su elección, el afiliado podrá retirar el 95.5% de sus fondos acumulados al cumplir la mencionada edad y podrá dedicarlos a lo que mejor le parezca.
30/4/2016
Hugo Carrillo Cavero Congresista de la República
De esta manera y con el aplauso del respetable, se ha cerrado en la práctica, el sistema previsional en el que están incorporados más de seis millones de personas y se ha pasado a un sistema de ahorro obligatorio, que al llegar a la edad correspondiente devolverá el dinero ahorrado con los intereses ganados, cerrando así un sistema previsional obligatorio que ya no existirá más. ¿Algún problema para las AFP? ¿Mejorarán los intereses que les pagan a los afiliados desde su ingreso al sistema y hasta que 8 o 9 lustros después llegan al límite de edad? No. Ningún problema para ellas. ¡Los problemas comienzan a los 65 años, cuando los afiliados salen de las AFP!
Lo correcto era (y aún es) corregir el sistema previsional de jubilación. Pero no cerrar la posibilidad de recibir una pensión, precisamente cuando debe comenzar a actuar el sistema previsional, es decir, cuando las personas cumplan 65 años de edad.
Quienes nos hemos opuesto a esta clausura sostenemos que hacer este despropósito es nefasto para el país, pues habremos retrocedido al siglo XIX en esta materia, con el pretexto de que todos nosotros, sobre todos los mayores de 65 años, somos capaces de tomar las mejores decisiones con nuestros recursos.
Lejos de procurar la universalización del derecho a la jubilación al llegar a la edad de la improductividad laboral, hemos terminado por lanzar por la borda lo que en el futuro, con las modificaciones del caso, podría hacer que todos los peruanos podamos contar con un apoyo que nos ayude a afrontar las vicisitudes de esta etapa final de la vida.
Lo hecho por la mayoría parlamentaria equivale a cerrar la otra cara de la política previsional del país, que es el seguro social de salud. Con el mismo criterio podría decirse que como la atención de Essalud es mala o insuficiente, lo adecuado sería cerrar los hospitales y darle a cada quien la alícuota que lo financia y que cada uno se cure como pueda.
El Congreso ha cometido un error monumental que, estoy seguro, hará que como máximo 60 meses después de recibido, la mayor parte del dinero que debía permitir un ingreso mensual para el asegurado y su cónyuge estará gastado en las necesidades del corto plazo que todos tenemos o invertido en iniciativas improductivas en alguno de los 120,000 negocios que cada año se cierran. Entonces los exasegurados voltearán la mirada hacia sus hijos, la generación joven, que una vez más tendrá que solventar, mal que bien, los gastos de los padres y abuelos, multiplicando así su carga por la estupidez de unos pocos políticos sordos, miopes e irresponsables.
Fuente: El Peruano
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