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lunes, 21 de marzo de 2016

Obama anuncia que Google extenderá Internet en Cuba para dar más voz a la gente

La estrategia de Estados Unidos en la isla apunta a las nuevas tecnologías y sector privado


El presidente Obama durante su visita al Memorial de José Martí.  AP

Google es la nueva gran noticia en Cuba. El gigante de Internet va a desembarcar en la isla de la mano del presidente Barack Obama, que ha hecho del empresariado estadounidense su principal rompehielos en la progresiva normalización de relaciones con Cuba.
Washington tiene dos prioridades económicas en Cuba. De un lado, apoyar a los cuentapropistas, los empleados autónomos, para impulsar el creciente sector privado de la isla, que ya emplea a una cuarta parte de la fuerza laboral cubana. Y también a las nuevas tecnologías, con las que EE UU espera que Cuba se abra, de una vez —y de forma irreversible—, al mundo, como pidió hace ya casi dos décadas el Papa Juan Pablo II.
Según adelantó Obama en una entrevista con la cadena ABC desde La Habana, la empresa californiana ha negociado un acuerdo para ampliar el acceso de Internet en la isla, uno de los principales objetivos del presidente demócrata, que considera que más Internet le da al pueblo cubano “más información y le permite tener más voz”.
"Google ha alcanzado un acuerdo para empezar a establecer más acceso wifi y de banda ancha, un acceso necesario para que Cuba entre en el siglo XXI económicamente", explicó Obama.
La expansión de Internet en Cuba es todavía mínima. Solo entre un 5 y un 15% de la población cuenta con conexión en en casa o en el trabajo. Aunque los que conocen bien la isla avisan de que esa cifra puede resultar engañosa. Los cubanos, acostumbrados a tener que “resolver” o “inventar” durante décadas cómo solucionar la falta de recursos, son maestros a la hora de conseguir acceso a la información de la Red aunque no cuenten con una conexión directa. Además, en el último año, el Gobierno cubano ha abierto más de medio centenar de puntos públicos de acceso a wifi en todo el país, aunque la mayor parte están en La Habana. Estos espacios son fácilmente reconocibles por el alto número de personas concentradas en esos puntos, sentadas en la calle con sussmartphones o computadoras. “La gente aquí está hambrienta de información”, sostuvo Obama en la entrevista.
Obama ha invitado a una pequeña pero significativa delegación de empresarios estadounidenses a viajar con él en la primera visita de un presidente norteamericano a Cuba en 88 años.
La lista de los altos ejecutivos en La Habana es toda una declaración de intenciones: está Daniel Schulman, presidente de la web de pagos y transferencias PayPal y Julie Hanna, directora de Kiva, una plataforma que permite ayudar con pequeñas donaciones a financiar solicitudes de préstamos para pequeños negocios o proyectos sociales. También viaja Brian Chesky, fundador de Airbnb, una de las primeras plataformas digitales que desembarcó en Cuba, y que cumple tanto la meta de impulsar la conectividad de la isla como apoyar el turismo, el sector con más capacidad —y necesidad— de inversión y expansión. De hecho, el domingo la empresa anunció que ha logrado ampliar la licencia que obtuvo el año pasado del Departamento del Tesoro estadounidense y que a partir del 2 de abril, podrá ofrecer a ciudadanos de todo el mundo, y no solo estadounidenses como ahora, las ya más de 4.000 habitaciones que tiene disponibles en Cuba.
A meses de que las aerolíneas estadounidenses empiecen a ofrecer vuelos comerciales directos entre EE UU y Cuba, y cuando ya se permiten viajes “individuales” a algunos ciudadanos estadounidenses, aunque el turismo siga oficialmente prohibido, la hostelería es otra de las prioridades de Washington. Por ello, acompañan a Obama también en este viaje algunos de los más grandes: Ken Siegel, asesor general de Starwood, la cadena que acaba de anunciar el primer acuerdo hotelero estadounidense en Cuba en casi 60 años, y Arne Sorenson, presidente de Marriott, el otro gigante de la hostelería que se espera haga también un anuncio inminente en la isla.
La idea es no solo cerrar algunos negocios que sellen de forma más firme que cualquier acuerdo político el proceso de acercamiento iniciado hace 15 meses, sino, también, compartir las experiencias de algunos de los empresarios más exitosos de EE UU con la creciente iniciativa privada cubana, ansiosa por rellenar ese espacio de oportunidades que se abre con el deshielo, pese a que el embargo sigue entorpeciendo una normalización completa.
Fuente: El País

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